miércoles, 2 de abril de 2008

Ha vuelto esta noche.

Esta noche, he vuelto a soñar... no es nada extraño en mi, ya que suelo soñar casi siempre, dormida o despierta, la cuestión a veces es evadirme de momentos que no me gusta vivir...

Pero cuando sueño dormida... Ayer el tsunami... agua, agua que venía a por mi, agua a la que temía y que llegaba para no hacerme nada...

Esta noche... he soñado con alguien que hace muchos años que ya no está aqui... con mi primo querido, al que el agua se lo llevó. Él estaba bien, estaba vivo y me sonreía. Estabamos de boda, su boda y él estaba contento... Sin embargo yo, solo hacía que llorar. Lloraba y lloraba de verle vivo, de alegría, de pensar en tantos años sufriendo por él, por sentir que no estaba y que me equivocaba, que me había equivocado y que allí estaba conmigo, mirándome con esa mirada tranquila y cariñosa. Creo que no he hablado con él, sólo podía mirarle y mirarle, y llorar y llorar de la alegría... aunque no me he sentido alegre, notaba una tristeza que no entiendo. Quizás del tiempo perdido, de tantos días y horas sin verle...

Me alegro de haberte visto, aunque no eras tú físicamente, era tu alma dentro de otro cuerpo. Me alegro que me transmitieras que todo está bien, que eres feliz...

Que cosas los sueños...

martes, 1 de abril de 2008

Tsunami...



Ya es la segunda vez que se repite... de nuevo he soñado con una ola gigante que venía hacia mi. Me da tanto miedo el mar... i a la vez siento una atracción tan fuerte hacia él.

Una ola de al menos veinte metros llegaba despacio hacia mi, mis gatas estaban a salvo, dentro de una casa, o al menos eso creía... Yo acurrucada en el quicio de una puerta que no podía abrir esperando que llegara esa ola inmensa y me llevara con ella... pero no ha sido así... la ola ha llegado y me ha besado, y después se ha retirado... que sensación...

Todo el mundo pavoroso ante su venida, todos escondidos en lo alto de las casas, y mis gatas... abro la puerta que no me dejaba antes pasar, subo y ahí están, por un lado Rakka, por el otro Nienna dormida, y Nana.

No ha pasado nada, la ola gigante sólo venía a besarme, y se ha retirado con esa tranquilidad que me ha dejado el saber que nada malo quiere para mi el mar.